16 de noviembre de 2010

Porota: brunch y muchísimo más

Porota es un deli romántico, risueño y pequeño que se encuentra en el barrio de Palermo sobre la calle Gorriti justo enfrente del famoso restó nórdico Olsen. Quizás por su ubicación o su tamaño, algunos podrán decir que el restó pasa desapercibido por su pequeño tamaño, pero esto no sucede ya que el olorcito a comida casera y las sillas dispares y reposeras en la vereda te invitan a descubrir de que se trata esta propuesta.


Delis: furor en Buenos Aires
Los delis están de moda en Buenos Aires hace ya algún tiempo, lamentablemente como sucede con todos los estilos explotados, este formato made in NY puede llegar a cansar a los paladares porteños porquen la propuesta gastronómica es muy similar entre sí: opciones desde el desayuno hasta la merienda/cena tranquilas y para nada pretenciosas. Si esto le sumamos la estética encontramos otro denominador común: ambientes descontracturados, pizarras con los menúes del lugar, comida casera, venta al público de la pastelería y opciones diurnas desde tempranas horas hasta que cae el sol.
Algunos delis se diferencian porque su propuesta es veggie, otros porque la ambientación es más sofisticado o porque ofrecen diferentes propuestas como el delivery o catering, pero en el fondo todos tienen muchísimos elementos en común.
Tras buscar por muchos delis porteños encontramos en Porota muchas de las condiciones que cualquier apasionado de este formato neoyorquino quisiera encontrar Porota ofrece diferentes opciones a lo largo de la jornada diurna: para desayunar son imperdibles los huevos revueltos y las tostadas de pan integral con crema de maní y frambuesas.
 A la hora del almuerzo, hay una gran variedad de opciones que incluye desde platos diferentes del día junto a un refrescante té helado como una ensalada de espinaca, peras, tomates secos con bruschetta de queso de cabra y opciones que son clásicas del lugar como los sanguches de pollo con cebolla dorada, queso cremoso, tomate fresco y hummus con papas cuña o la tarta de espárragos con queso brie más ensalada. Para el postre o simplemente para llevar  para comer en casa, las opciones en materia de repostería también son amplias y diferentes en función de lo que se cocine cada día: hay muffins de de todos los gustos, chocotorta y la clásica cereza de la casa un chessecake llamado María Antonieta de chocolate blanco y frutos rojos aclamado por grandes y chicos.

Brunch: una opción diferente para los sábados
Como si todo esto fuese poco, Porota logra ofrecer un servicio más que la convierte en un punto obligatorio en materia de delis: los sábados hay brunch (una comida que no es ni un desayuno ni un almuerzo) ideal para los fines de semana donde el despertador no suena para marcar la rutina y las actividades por ende son más relajadas.
 El brunch de Porota se realiza cada sábado en la franja horaria de 12:00 a 16: 00 hs y cuenta con ensalada de verdes, tostadas de pan integral, salmón, queso brie, tomates cherries, huevos revueltos, panceta crispy y crema de eneldo acompañado de un tazón de café con leche y jugo de mandarinas. El jugo de mandarinas es original y realmente rico y dulce (traté de hacerlo en casa y lamentablemente no me salió).
 La comida es deliciosa porque cada elemento del plato es sabiamente elegido y las combinaciones son un deleite de explosiones en el paladar. Sobran motivos para no dejar de lado a este deli que ya tiene sus fieles seguidores, por lo general hay cola tanto para comer afuera bajo el solcito si el día ayuda o para almorzar adentro. También muchas personas prefieren comprar los productos y llevarlos a sus casas o bien pedir por delivery donde te llevan todo en una linda y vintage bicicleta lo que pidas a tu hogar.

Sweet Child O' Mine
A veces se dice que vale más lo que se hace que lo se que dice, con respecto al rubro gastronómico nada es mas cierto, hay delis que tienen más fama que Mickael Jackson y sin embargo la comida no coincide con la propuesta, lejos de ser productos caseros la comida es estandarizada y fabricada fuera del lugar.
La relación precio-calidad no es tampoco la mejor porque tomar una limonada con ginger junto a algún muffin o budín ya implica gastar un promedio de $50. Esto no tiene nada que ver con la esencia original de los delis que ahora son un boom  en Buenos Aire: sus precios son razonables y las porciones abundantes. En Porota la comida es tan casera que la elaboración está a la vista y de hecho el baño está por detrás de la cocina, de tal manera que se puede observar como elaboran absolutamente todo.
 Una chica de unos treinta años que estaba haciendo la cola para entrar a Porota le comentó a su amiga: “Te va a encantar, la comida tiene el mismo gusto que la de mi abuela”. Esta expresión es un poco fuerte si pensamos que la comida de las abuelas tiene ese nosequé único y extremadamente casero que alegró a todas las infancias (y no tanto).
 Los que fueron y probaron siguen manteniendo que Porota les recuerda a las comidas de sus abuelas. Esta formula se explica tanto por la comida, la vajilla dispar y la decoración que forman combo que remite a la niñez de cualquier generación. Los que fueron también siguen eligiendo a este lugar como una de los más fieles en su estilo y sabrosos sin la necesidad de tomar un avión hasta la gran manzana para disfrutar de un rico brunch.

Casa Mua: como en casa

Casa Mua llegó a la zona de Palermo para quedarse: su propuesta original, divertida y casera tienta a cualquier tipo de cliente. Es un bodegón antiguo reciclado que combina muebles de diferentes estilos y formas, cuadros de artistas que están a la venta y un merchandising propio adorable. La carta está escrita en un cuaderno escolar a lunares y posibilita que sus clientes dejen un recordatorio, una sugerencia o cualquier cosa que les plazca. Casa Mua cuenta también con un sótano que tiene una biblioteca con libros imperdibles para que aquellos que prefieran leer un rato mientras toman una limonada de menta y ginger en sus sillones con reminiscencias a “Las mil y una noches”.
 Su dueña, Sonia, trata de que cada rincón y detalle esté cuidado en su máxima expresión: hay un espacio de juegos para los chicos con actividades atípicss y cuadernos con lápices y pinturas para puedan expresarse. A la tarde, lo más solicitado son las cookies gigantes y los muffins con semillas de amapola, todo acompañado de limonadas o chocolatadas calientes. Casa Mua reúne todas las condiciones para consolidarse cada día más: la comida es rica y sana, la decoración es naif y atrae, los chicos tienen su lugar y el sótano se utiliza para eventos. Este deli es un ejemplo de cómo un simple bodegón puedo fundir estilos, comidas, arte y utilidad sin perder de vista la armonía.