24 de diciembre de 2010

Comida Casera: lo mejor no se hace solo en casa

Los porteños tenemos la posibilidad de elegir entre muchísimas opciones a la hora de ir a comer gracias a que Buenos Aires es una urbe altamente cosmopolita casi como Nueva York (también tenemos un barrio chino y el Little Italy no se conforma con un barrio ya que tenemos influencias italianas everywhere).
La globalización, introdujo entre tantos factores ambiguos, muchas opciones gastronómicas a la hora de ir a comer. Así es que en barrios como Palermo o Recoleta podemos encontrar en la misma cuadra, restós arabes, una taquería mexicana, un salón francés y una casa de té de estilo inglés. Sin embargo, los argentinos tenemos platos predilectos y clásicos que nos caracterizan, que a veces suelen confundirse con sabores extranjeros dada las olas inmigratorias mayoritariamente europeas, otras olas de menor tamaño de países limítrofes y otras aún menores de regiones dispares que sentaron sus bases en Argentina y aggionaron sus recetas en base a las materias primas que le brindaba la nueva tierra que  mucho prometía ser.
Todos los días iré publicando diferentes restós que fusionan el arte culinario casero con los orígenes autóctonos, y cuando hablamos de casero, nos referimos a comidas amasadas con los ingredientes más deliciosos que las alacenas ofrecen. Es necesario hacer un paréntesis de hamburguesas y papas fritas felices para darle lugar a estos sabores tan nuestros como Mafalda, los cuentos borgeanos y el asado.
Pájaro que comió
Bajo el lema de “Fondas&Tragos” este restó ubicado en Palermo Hollywood apuesta a la comida típica y hogareña. El ambiente es súper cordial y cada mesita tiene un pequeño sifón (de los antiguos) que enmarca el estilo del lugar a la perfección. Escaleras arriba, una terraza con mesas más amplias y una barra de tragos invitan al disfrute para los días más calurosos del año.
 Pájaro que comió es una especie de fonda reloaded en todos los sentidos: la propuesta es tradicional pero tiene guiños de los platos de moda vigentes y lejos de estar en pleno centro urbano se encuentra en Palermo Hollywood rodeado de restós elegantes y dispares.
Las entradas abarcan empanadas tucumanas fritas, provoleta rellena con olivas, tomates cherry y jamón hasta milanesitas de muzzarellla, todas grandes opciones para empezar a comer como dice el refrán: como todo un rey/reyna.
Una vez que se entra en calor pero siguen las ganas de más, los platos tienen una base importante en las carnes rojas cocinadas en horno de barro (el horno otorga una mística singular ya que funcionó en la casona a través de los años a pesar de los cambios que se fueron realizando). El vacío al horno de barro en cocción lenta tiene una combinación de jugos particular y junto a la bondiola a la cerveza negra son dos propuestas importantes del lugar.
Este tipo de platos (excepto las milanesas) no incluyen guarnición, pero esto no es un problema ya que hay mucho para elegir: papas a la crema con cebolla de verdeo y panceta, purés mixtos, vegetales asados, entre otros.
Entre los postres, los que más sobresalen son el cheesecake de dulce de leche y el volcán de chocolate acompañado de una bocha de helado. Pájaro que comió es recomendable tanto por su sabor como por sus precios que se diferencian de los colegas de la zona. El único consejo sería tener a mano una hepaltagina y tiempo para caminar por la zona un rato porque la comida es tan argentina como rebosante.

24 de noviembre de 2010

Sí, Sí, Sí

Sí, Sí, Sí es un restó que se encuentra en Puerto Madero en una zona que si bien no representa el típico paisaje de postal urbano, promete ser un futuro territorio de grandes inversiones de toda índole apostando a un formato más bien de barrio.
 El ambiente del restó también se diferencia de los que están por la zona, ya que no es minimalista ni frívolo, sino que es cálido y hogareño en todos sus detalles: ambientación, atención y propuesta. Apenas te sentás  a comer, te espera un pan casero sobre una tabla con una crema a base de queso deliciosa. El pan está tibio y dan ganas de comérselo entero, pero hay que evitar la tentación para poder disfrutar de los platos que son varios y abundantes.
 La carta ofrece un montón de opciones bien autóctonas y algunos platos basados en pescado son también un punto fuerte del lugar. El revuelto gramajo, las mollejitas crocantes con huevo poché, el pastel de papas, las milanesas a la napolitana, las empanadas, los buñuelos de acelga… ¿Hay algo más argentino y casero que todos estos platos?
 Sí, Sí, Sí, apuesta a aquellas comidas que por lo general comemos en casa sea porque nos gusta como nuestra mamá o abuela las prepara con sus secretos mejor guardados o porque con toda la variedad étnica que hay en estos días, es un cliché pedir una milanesa con fritas cuando la podemos en la comodidad de nuestro hogar.
Esta problemática de dejar de lado-todo lo nuestro-no es producto de la globalización, sino que también la calidad de los platos típicos bajó en picada en la mayoría de restós y bodegones por lo cual los argentinos perdieron la confianza y prefieren hacer sus milanesas en casa. Afortunadamente, Sí, Sí, Sí no solo que llego a Puerto Madero para quedarse y aplastar la superficialidad imperante de la zona, sino que también sus platos son sencillos y deliciosos, con esos toques caseros que sólo en casa podríamos disfrutar. Ideal para aquellos que no saben cocinar ni un omelette y tiene ganas de disfrutar sabores que remiten a la infancia o a los días en los que uno aún vivía en casa bajo el ala de los progenitores.Hay otras opciones más selectas como el salmón con puré de batatas y ensalada de verdes y el pincho de langostinos si la milanesa no va con nuestro lifestyle. ¿Postres? También hay una amplia gama que incluye, cheesecake, crocante de chocolate con salsa de maracuyá y volcán de chocolate para los golosos. Plus: Sí, Sí, Sí tiene una barra con abudantes opciones a la hora de pedir un trago y abre desde tempranito para podes disfrutar un desayuno tradicional y sencillo

18 de noviembre de 2010

Budín húmedo de limón

Muchas veces, especialmente durante la tarde, nos agarra un antojo de comer algo rico con nuestra infusión habitual, que puede ser té, mate, café, chocolatada, licuado o jugo.
 Desde mi punto de vista, encuentro en el budín, un complemento perfecto y unisex ya que queda bien con absolutamente TODO ! Si bien hay una infinidad de recetas por la web, en libros antiguos heredados de abuelas y en revistas de chefs de moda, esta receta me parece simple, rica y apta para todo público ya que a todo el mundo le gusta. Hay versiones de budines más sofisticadas, aptos para cenas especiales o para un té parlanchín entre amigos/a, pero esta receta tiene elementos que por general hay en todas las heladeras de los hogares y queda muy bien con todo.
Espero que les salga rico y recuerden que la cocina tiene mucho de física, hay que estar pendiente de si la cocción es correcta porque si queda cual pasa de uva se pierde la esencia de la receta. Good Luck ;)

Ingredientes
Huevos 5
Azúcar 350 g
Crema de leche 150 cc
Harina 0000 260 g
Polvo para Hornear 5 g
Ralladura de 4 limones 
Manteca fundida 100 g


Glaseado de limón
Jugo de limón 50 cc
Azúcar impalpable 200 g

Budín
Mezclar los huevos junto con la ralladura, la crema y el azúcar.
Incorporar la harina previamente tamizada con el polvo para hornear. Por último, agregar la manteca fundida.
Verter la pasta dentro de un molde enmantecado y enharinado.
Cocinar en horno a 170° C durante 50 minutos aproximadamente.
Retirar del horno, dejar reposar 5 minutos, desmoldar y glasear.

Glaseado de limón
Verter el azúcar en un bol e incorporar el jugo de limón, poco a poco, hasta formar una pasta firme.
Glasear el budín, decorar con cascaritas confitadas de limón y dejar secar.

El glasé no es necesario pero le aporta más sabor y presentación al plato. En el caso de no tener limones, se pueden cambiar por naranjas. En este caso recomiendo un baño de chocolate amargo que un glaseado de naranja ya que la combinación resulta mucho mejor.

16 de noviembre de 2010

Porota: brunch y muchísimo más

Porota es un deli romántico, risueño y pequeño que se encuentra en el barrio de Palermo sobre la calle Gorriti justo enfrente del famoso restó nórdico Olsen. Quizás por su ubicación o su tamaño, algunos podrán decir que el restó pasa desapercibido por su pequeño tamaño, pero esto no sucede ya que el olorcito a comida casera y las sillas dispares y reposeras en la vereda te invitan a descubrir de que se trata esta propuesta.


Delis: furor en Buenos Aires
Los delis están de moda en Buenos Aires hace ya algún tiempo, lamentablemente como sucede con todos los estilos explotados, este formato made in NY puede llegar a cansar a los paladares porteños porquen la propuesta gastronómica es muy similar entre sí: opciones desde el desayuno hasta la merienda/cena tranquilas y para nada pretenciosas. Si esto le sumamos la estética encontramos otro denominador común: ambientes descontracturados, pizarras con los menúes del lugar, comida casera, venta al público de la pastelería y opciones diurnas desde tempranas horas hasta que cae el sol.
Algunos delis se diferencian porque su propuesta es veggie, otros porque la ambientación es más sofisticado o porque ofrecen diferentes propuestas como el delivery o catering, pero en el fondo todos tienen muchísimos elementos en común.
Tras buscar por muchos delis porteños encontramos en Porota muchas de las condiciones que cualquier apasionado de este formato neoyorquino quisiera encontrar Porota ofrece diferentes opciones a lo largo de la jornada diurna: para desayunar son imperdibles los huevos revueltos y las tostadas de pan integral con crema de maní y frambuesas.
 A la hora del almuerzo, hay una gran variedad de opciones que incluye desde platos diferentes del día junto a un refrescante té helado como una ensalada de espinaca, peras, tomates secos con bruschetta de queso de cabra y opciones que son clásicas del lugar como los sanguches de pollo con cebolla dorada, queso cremoso, tomate fresco y hummus con papas cuña o la tarta de espárragos con queso brie más ensalada. Para el postre o simplemente para llevar  para comer en casa, las opciones en materia de repostería también son amplias y diferentes en función de lo que se cocine cada día: hay muffins de de todos los gustos, chocotorta y la clásica cereza de la casa un chessecake llamado María Antonieta de chocolate blanco y frutos rojos aclamado por grandes y chicos.

Brunch: una opción diferente para los sábados
Como si todo esto fuese poco, Porota logra ofrecer un servicio más que la convierte en un punto obligatorio en materia de delis: los sábados hay brunch (una comida que no es ni un desayuno ni un almuerzo) ideal para los fines de semana donde el despertador no suena para marcar la rutina y las actividades por ende son más relajadas.
 El brunch de Porota se realiza cada sábado en la franja horaria de 12:00 a 16: 00 hs y cuenta con ensalada de verdes, tostadas de pan integral, salmón, queso brie, tomates cherries, huevos revueltos, panceta crispy y crema de eneldo acompañado de un tazón de café con leche y jugo de mandarinas. El jugo de mandarinas es original y realmente rico y dulce (traté de hacerlo en casa y lamentablemente no me salió).
 La comida es deliciosa porque cada elemento del plato es sabiamente elegido y las combinaciones son un deleite de explosiones en el paladar. Sobran motivos para no dejar de lado a este deli que ya tiene sus fieles seguidores, por lo general hay cola tanto para comer afuera bajo el solcito si el día ayuda o para almorzar adentro. También muchas personas prefieren comprar los productos y llevarlos a sus casas o bien pedir por delivery donde te llevan todo en una linda y vintage bicicleta lo que pidas a tu hogar.

Sweet Child O' Mine
A veces se dice que vale más lo que se hace que lo se que dice, con respecto al rubro gastronómico nada es mas cierto, hay delis que tienen más fama que Mickael Jackson y sin embargo la comida no coincide con la propuesta, lejos de ser productos caseros la comida es estandarizada y fabricada fuera del lugar.
La relación precio-calidad no es tampoco la mejor porque tomar una limonada con ginger junto a algún muffin o budín ya implica gastar un promedio de $50. Esto no tiene nada que ver con la esencia original de los delis que ahora son un boom  en Buenos Aire: sus precios son razonables y las porciones abundantes. En Porota la comida es tan casera que la elaboración está a la vista y de hecho el baño está por detrás de la cocina, de tal manera que se puede observar como elaboran absolutamente todo.
 Una chica de unos treinta años que estaba haciendo la cola para entrar a Porota le comentó a su amiga: “Te va a encantar, la comida tiene el mismo gusto que la de mi abuela”. Esta expresión es un poco fuerte si pensamos que la comida de las abuelas tiene ese nosequé único y extremadamente casero que alegró a todas las infancias (y no tanto).
 Los que fueron y probaron siguen manteniendo que Porota les recuerda a las comidas de sus abuelas. Esta formula se explica tanto por la comida, la vajilla dispar y la decoración que forman combo que remite a la niñez de cualquier generación. Los que fueron también siguen eligiendo a este lugar como una de los más fieles en su estilo y sabrosos sin la necesidad de tomar un avión hasta la gran manzana para disfrutar de un rico brunch.

Casa Mua: como en casa

Casa Mua llegó a la zona de Palermo para quedarse: su propuesta original, divertida y casera tienta a cualquier tipo de cliente. Es un bodegón antiguo reciclado que combina muebles de diferentes estilos y formas, cuadros de artistas que están a la venta y un merchandising propio adorable. La carta está escrita en un cuaderno escolar a lunares y posibilita que sus clientes dejen un recordatorio, una sugerencia o cualquier cosa que les plazca. Casa Mua cuenta también con un sótano que tiene una biblioteca con libros imperdibles para que aquellos que prefieran leer un rato mientras toman una limonada de menta y ginger en sus sillones con reminiscencias a “Las mil y una noches”.
 Su dueña, Sonia, trata de que cada rincón y detalle esté cuidado en su máxima expresión: hay un espacio de juegos para los chicos con actividades atípicss y cuadernos con lápices y pinturas para puedan expresarse. A la tarde, lo más solicitado son las cookies gigantes y los muffins con semillas de amapola, todo acompañado de limonadas o chocolatadas calientes. Casa Mua reúne todas las condiciones para consolidarse cada día más: la comida es rica y sana, la decoración es naif y atrae, los chicos tienen su lugar y el sótano se utiliza para eventos. Este deli es un ejemplo de cómo un simple bodegón puedo fundir estilos, comidas, arte y utilidad sin perder de vista la armonía.

9 de noviembre de 2010

Comer para sentirse bien: Quimbombó

La cocina hindú ha sido aceptada con gran entusiasmo en todas las grandes urbes del mundo debido a múltiples razones.


En Palermo, en una zona chic y residencial, se encuentra Quimbombó, un restaurante de comida hindú que combina la cocina naturista -mayoritariamente veggie- con una impronta judía. Su clientela es igual de amplia que su cocina: artistas de la zona, familias modernas, celebridades e intelectuales son fieles asiduos de un restaurante que ofrece una atmosfera cálida con un personal capacitado y a la disposición de sus comensales.

La decoración es cuidadosa y no se encasilla en una sola definición, uno de sus socios, Mike, considera que definir es en algún punto limitar, por lo cual Quimbombó tiene un aire indio por las esculturas, los detalles y los dibujos, pero también una arquitectura contemporánea lejos de ser frívola.


Ideal para sentarse en su terraza con una vista privilegiada y arrancar el día con un desayuno nutritivo y súper sano: granola, yogurt casero, tostadas de pan integral, mermelada casera y queso crema. Para aquellos que decidan ir a comer son altamente recomendables el guiso de cordero y los ravioles de salmón acompañados del Orange Ginger: naranjada con jengibre y menta!




Kate by Testino


8 de noviembre de 2010

perfectos para un día como hoy !


Godoy: Carrie Bradshaw Style


En un viejo galpón ferroviario, conviven una barra, un living y un restaurante con un estilo neoyorquino intachable. Al sentarse en la barra y tomar un Cosmolitan uno se siente como en un capítulo de "Sex and The City" por el aire sofisticado que se respira. La variedad de tragos es infinita y usan alcohol de primerísima calidad.


Su propuesta gastronómica combina la comida latinoamericana con influencias asiáticas, de esta vinculación nacen sushi rolls, mollejitas con salsa tonkatsu, salmón rosado con espinaca bebé y láminas de mango y lomos con verduras grilladas sobre puré de hummus. A la hora del postre el cheesecake de dulce de leche es delicioso. Los platos en líneas generales son pequeñas obras de arte tanto por su sabor como por su presentación.

El cocktail bar ofrece un menú degustación minimalista que queda a libre interpretación del chef con las materias primas del momento, recomendable para los paladares más atevidos. Godoy parece salido de Manhattan tanto por su estilo, sus platos y su atmósfera urbana.


quiero quiero quiero


Queen B


Helena: home sweet home


Ubicado en Palermo Soho, Helena es un bar coqueto y descontracturado. La carta está escrita sobre un pizarrón y cambian frecuentemente los platos. Flor, dueña y chef junto a Nando, cuenta que su propuesta es innovar a través de la simpleza, de lo cotidiano y le parece vital establecer una relación entre la comida y sus orígenes: cómo aquello que consumimos dice tanto acerca de quiénes somos. Dado que viajaron mucho y trabajaron como chefs en algunas de las ciudades más importantes del mundo como Berlín, Londres y Nueva York, su cultura culinaria es muy amplia. La variedad de sus platos lo dicen todo: hay desde pizzas integrales hasta sándwiches, junto a limonadas con menta y tecitos varios.


El ambiente es cálido y tranquilo, nadie está apurado ni tiene prisa: es ideal para despejar la mente y saciar el apetito. A la hora de la merienda es imperdible el bonaffie pie de dulce de leche, crema y banana para los más golosos: aunque parezca un postre pesado es suave y delicioso. También hay combos con pancakes, frutas y café con leche y para quienes prefieren una opción salada, el sándwich yanquee es altamente recomendable: lleva pollo, queso fundido, panceta crispy, palta (aguacate) y tomate. Flor cuenta con un brillito en sus ojos que tiene ganas de seguir fusionando ideas y tendencias internacionales a su cocina, por lo cual viaja seguido y está al tanto de todo lo nuevo. Finaliza diciendo que “Helena es como si fuera nuestra casa”. Sus clientes están de acuerdo: este bar/restaurant es tan cálido y amigable que uno se siente como en su propio hogar.


Balmain Rocks


Spring Shoes


Mini Navy


7 de noviembre de 2010

Frappé Mocca ♡


El frapuccino es ideal para los días agobiantes de verano donde la taza aliada de café se torna una enemiga por las altas temperaturas. Es un empujón de cafeína, pero tan helado que nos ayuda a arrancar el día con muchas energías.

Y lo mejor de todo es que las combinaciones que se pueden realizar dependen de la imaginación y gusto del que lo consuma ya que se puede agregar todo tipo de salsas, gustos de helados, especias, galletitas y un sinfín de cosas más

El éxito del frapuccino reside en que combina un montón de elementos: es refrescante pero también revitalizante por la cafeína y es dulce por sus combinaciones que pueden ser múltiples. Por esta razón, es consumido muchas veces como postre ya que el único defecto de esta bebida es que no se caracteriza por ser de dieta porque por lo general tiene un alto valor calórico y suele ser un poquito pesada a la hora de digerir.

La expansión del frapuccino

Actualmente en Argentina, los frappes no son únicamente comercializados por la famosa cadena Starbucks, sino que se consiguen en heladerías, de cafés, en Mc Cafés y hasta en las góndolas de los supermercados en un envase que evoca los jugos infantiles por su diseño ya que incluye un pequeño sorbete.

Para los que se animan les dejo la receta que pertenece al libro de Clarín de Narda Lepes ya que resulta muy sencilla de realizar y sólo se necesitan algunos elementos que por lo general todos tenemos en casa.

Un litro de leche
4 cucharas de leche condensada (optativo)
5 cucharas de capuchino instantáneo
Hielo, cantidad necesaria
Chocolate rallado.
Colocar en una licuadora el hielo, el capuchino instantáneo, la mitad de la leche y accionar en velocidad máxima. Una vez que el hielo parezca nieve, incorporar el resto de la leche líquida y la leche condensada. Accionar nuevamente. Retirar y servir en vasos de trago largo acompañado del chocolate rallado. Se puede reemplazar la mitad de la leche por helado de crema americana o vainilla, en este caso no hay que utilizar la leche condensada porque la preparación resultaría muy dulce. Para hacer del frapuccino una versión para adultos, se puede agregar una medida de licor de café, coñac o whisky. Con un poquito de imaginación y un frappe mocha en mano ya nos sentimos como Britney caminando por Rodeo Drive.


Muu Lechería


Inaugurado hace apenas algunos meses, Muu lechería ofrece a sus comensales un viaje en el tiempo: su estética pronunciada de los años cincuenta, las fotos de íconos de la época como Marilyn o Elvis, el rock de fondo sonando y su propuesta gastronómica marcadamente americana provocan que cualquier persona sienta que ha vuelto al pasado cual Marty Mcfly en Back to the future.
Las porciones son más que abundantes y si bien estamos familiarizados con la comida yanquee por el boom de los monopolios del fast food, Muu apuesta a un cambio con respecto a las cadenas: todos sus platos son caseros, pensados y muy sabrosos. Ideal para ir a merendar, el fuerte del lugar es el Empire Breakfast (se sirve tanto de desayuno como de merienda) y lleva frutas frescas, un tazón (literalmente gigante) de café con leche, un cupcake de vanilla, huevos revueltos y tostadas de campo con queso crema y mermelada. No pueden faltar los clásicos: hay milkshakes, waffles y burguers de todo tipo (incluso una de camarones).

Muu ofrece un viaje en el tiempo que todos deberíamos hacer: es lo más similar que hay al bar de Volver al futuro y por suerte no necesitamos un DeLorean para poder disfrutar sus deliciosas meriendas.


pop candy